ANTONIO MORALES CHINCHILLA
Este velero de gran envergadura y mucho peso, era imposible lanzarlo a mano como cualquier otro, la primera inventiva era que la punta de una goma de cierto grosor la clavaba y la otra punta estirándole la clavaba a unos cincuenta metros. El velero sugeto por un mecanismo era lanzado por inercia de dicha goma y sin problemas tomaba altura.
Al final le resultaba un poco incómodo toda esta preparación y aquí viene la inventiva, le hace este carro, o soporte con ruedas.
En este gráfico se ve el velero en disposición de salida.
El artilugio no puede ser mas rudimentario, pero de una eficacia total.
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